Coraje significa literalmente pertenecer al corazón; nos permite trascender tanto las inseguridades como los miedos y aceptar nuestras vulnerabilidades. El coraje es también la fuerza que transforma la ansiedad en entusiasmo y los desafíos en oportunidades.

Originalmente el respeto significaba ver con nuevos ojos. En la práctica, significa prestar la mayor atención posible al igual que comportarse de la mejor manera. El respeto crea una profunda conexión y permite tomar decisiones inteligentes.

La expresión es nuestra capacidad de mostrar nuestros corazones, sentimientos y nuestra manera de pensar. Nuestra capacidad de expresarnos de forma directa, se relaciona con nuestra capacidad de expresarnos libre y hábilmente.

La aceptación comienza con permitirnos enfrentar la realidad desde el corazón, para liberarnos del juicio y simplemente ver las cosas tal como son. Paradójicamente, la aceptación también nos pide que nos veamos a nosotros mismos, a los demás y a las cosas desde varias perspectivas y no desde un punto fijo.

Confiar es optar por entregarse uno mismo plenamente. Dar confianza es uno de los regalos más poderosos que podemos ofrecer. Nos honramos a nosotros mismos, a los demás y a la vida cuando activamos la confianza. Confiar y ser auténticamente vulnerable es acoger la vida, es vivir plenamente.

La apertura nos permite sentir plenamente y sentir más allá de "nosotros mismos". La verdadera creación comienza con la apertura. Una mente abierta nos permite ver las cosas con nuevos ojos. Un corazón abierto nos permite sentir lo que yace en nosotros y en los demás. Una voluntad abierta nos permite crear con facilidad.

La veneración nos permite reconocer la belleza en nosotros mismos, en los demás y en el mundo. Es una invitación a encontrarse amorosamente con todos los aspectos de la vida. Cuando veneramos, nos conectamos con nuestra mayor expresión y servimos amorosamente.